DESCRIPCIÓN:
Hace unos meses, específicamente el 25 de febrero de este año, un usuario de Facebook bajo el nombre de Juan Manuel Contreras publicó en una de las páginas más frecuentadas de la ciudad de Copiapó. Esta página es conocida por recibir publicaciones de reclamos y quejas de los residentes. El usuario, utilizando un perfil falso y con un tono irónico, afirmó que en una casa abandonada detrás del Mall Plaza Copiapó se encontraban cadáveres de la época de la dictadura. Según su publicación, se hallaban cuatro cuerpos, entre ellos una mujer y tres hombres, detallando explícitamente las atrocidades.
El sujeto mencionó que la familia Hil, conocida por su acomodada posición durante la dictadura, había vendido sus terrenos para la construcción del mall, posiblemente para ocultar lo que se encontraba en la casa. Durante ese periodo, la casa de huéspedes sirvió como alojamiento para Augusto Pinochet. La ubicación actual del mall, en la calle Maipú, estaba resguardada por militares, al igual que los cerros circundantes. La salitrera Hil, en ese entonces, se había convertido en un recinto militar.
Un grupo de amigos y yo decidimos investigar esta casa que nos intrigaba. La primera visita fue de noche y no grabamos nada significativo, solo encontramos basura, escombros y suciedad. Cinco años más tarde, volvimos motivados por la publicación del usuario, grabando e intentando encontrar lo mencionado, como una posible celda subterránea.
En la exploración documentada, se observaron mensajes obscenos, posibles vestigios de rituales satánicos y signos de ocupación reciente, como latas de cerveza y colillas de cigarro. Encontramos una estructura que se asemejaba a una cárcel, con barrotes y tragaluces, y vestigios de ropa ensangrentada y restos de animales muertos. La construcción, aunque deteriorada, mostraba signos de haber sido utilizada para fines que podrían correlacionarse con las descripciones del usuario de Facebook.
Aunque nuestra investigación fue amateur y no podemos asegurar nada, es evidente que la publicación del usuario tenía algún grado de conocimiento sobre el lugar. Los numerosos cabos sueltos sugieren que la construcción subterránea pudo haber tenido diversos usos, y que el usuario podría estar burlándose de la comunidad con un humor negro. Sin embargo, es indudable que la casa sirvió como hospedaje para Augusto Pinochet en 1987.
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